Desde Proust, todos conocemos el poder de una madalena. La pastelera de esta historia posee unas habilidades especiales y cocina unos buñuelos capaces de transportar a quien los coma en un viaje celestial: un viaje del que todos volverán transformados para siempre. Un viaje surrealista en el que el lector atento encontrará ecos no solo de sus comidas, sino de sus lecturas y del mundo que le rodea. Las ilustraciones juegan libres moviéndose entre islas con aspecto de buñuelos y llevando los personajes a volar y bailar entre nubes y reflejos del arcoíris.