Después de pasar una noche en vela, la señora González escribe una carta cuyo olor a cerezas, exactamente como el tabaco de la pipa del señor Lairla, llamará la atención del cartero que emprenderá un emocionante viaje para entregarla. Un libro único donde toda metáfora es susceptible de convertirse en imagen literal, de manera que el lector irá acompañando esta carta desde el saco del cartero, a través de una zanja, la barriga de un pez, la garganta de un gigante y muchos más lugares hasta aterrizar en las manos del señor Lairla. El viaje de una carta de amor se transforma en una aventura onírica en las páginas de este libro admirablemente construido.